domingo, 27 de septiembre de 2020

EL EDIFICIO NICOLÁS MIHANOVICH (por Pablo R. Bedrossian)

por Pablo R. Bedrossian ,
El 15 de noviembre de 2017 el portal online de InfoBAE informaba “Cierra uno de los hoteles más lujosos de Buenos Aires y es un misterio qué pasará con su edificio histórico”. La noticia hacía referencia al Hotel Sofitel, que desde hacía 15 años operaba en el Edificio Mihanovich. Además, mencionaba que el Grupo Accor Hotels había iniciado la remodelación del inmueble en 1997 y que el hotel se inauguró en 2002 “manteniendo la fisonomía general de la obra original en el exterior” [1]. ¿Es esta afirmación correcta?
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Vista aérea del Edificio Mihanovich (también conocido como Bencich) en la calle Arroyo 845, tomada en 1928
El Mihanovich es uno de los pocos edificios porteños que parece trasplantado de New York. Fue terminado en 1928, en la época de los grandes rascacielos de la Gran Manzana, dos años antes que el Edificio Chrysler y tres antes que el Empire State. Surgió de la visión comercial de un destacado hombre de negocios de origen croata.
EL SOÑADOR
Nicolás Mihanovich nació en 1848 cerca de la famosa ciudad de Dubrovnik. 
A los 13 años se embarcó como grumete con el propósito de recorrer el mundo. A los 19 años llegó a Montevideo y, tras participar en la Guerra del Paraguay, se estableció en Buenos Aires, donde se dedicó al transporte marítimo, tanto de pasajeros como de carga. A los 39 años organizó el primer servicio de pasajeros a Colonia y a Carmelo, en Uruguay[2]
Rápidamente se convirtió en un poderoso empresario naviero. 
Aunque falleció en 1929, su nombre siguió ligado por décadas a buques y a puertos. Aún recuerdo que, siendo niño, se hablaba del Vapor de la Carrera “Nicolás Mihanovich” que comunicaba a La Reina del Plata con Montevideo. 
No sin razón, muchos consideran a este brillante emprendedor el padre de la marina mercante argentina.
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El S.S. Mihanovih en la tapa de la Guía Uruguaya de Navegación Fluvial de 1938
Ya dueño de una flota, Mihanovich encargó a sus paisanos Miguel y Massimiliano Bencich la construcción de un gran edificio. Destinó para ello el terreno ubicado a la calle Arroyo 841 / 45, muy cerca del colosal Palacio Estrugamou, inaugurado en 1924, cuya entrada principal se encuentra frente a la esquina de Arroyo y Esmeralda.
LA CONSTRUCCIÓN
El proyecto fue asignado al Estudio Calvo, Jacobs y Giménez en 1925. Integrado por los arquitectos Héctor Calvo (1890-1936), Arnoldo Jacobs (1892-1974) y Rafael Giménez (1891-1947), su actividad principal se desarrolló en Buenos Aires, construyendo edificios comerciales, viviendas individuales y casas de rentas, en diferentes estilos. Sin embargo, el grupo paulatinamente se destacó en construcciones verticales[3], razón por la cual fue seleccionado.
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Vista actual de la cúpula del Edificio Mihanovich, tomada desde la entrada del Palacio Estrugamou

Como el terreno era estrecho concibieron una solución ingeniosa: construyeron dos cuerpos independientes de cinco pisos cada uno al frente, separados por una breve calle en T de acceso a la torre principal, que ubicaron al fondo. 
Este artificio le dio al complejo una apariencia de amplitud y monumentalidad. 
Dejemos que Leonel Contreras nos ilustre con su excelente relato: “El complejo fue constituido entonces por tres edificios de hormigón armado, separados entre sí por una calle de uso privado en forma de T. 
La idea inicial era que la torre principal tuviera 30 pisos y unos 100 metros de altura; sin embargo, la Intendencia no lo permitió por considerarlo peligroso y excesivo. 
Finalmente fue construida en base a un esquema de dos subsuelos, planta baja, 20 pisos (17 con semipisos, uno a manera de dúplex y una sala de máquinas) y mirador. 
La altura total hasta el punto más alto de la linterna es de 80 metros”[4].
SEGUNDO EN ALTURA
El Mihanovich convirtió en el segundo edificio más alto de Buenos Aires, sólo superado en aquel entonces por el Palacio Barolo.
 Aunque se trataba de un complejo de viviendas, alguna vez leí que la intención de empresario croata era ver desde lo alto la llegada de sus barcos al puerto[5] o hacer que su torre atrajera la mirada de los pasajeros que llegaban al puerto de Buenos Aires[6]
No sé cuánto de esto es cierto, pero indudablemente el último piso ofrece una vista privilegiada y la espectacular cúpula piramidal parece inspirada en el mausoleo de Halicarnaso, una de las siete maravillas de la antigüedad. 
El diseño general es ecléctico, combinando elementos clásicos, art deco (que se venía imponiendo desde 1925) y protorracionalistas.
Comparto la descripción del edificio que el arquitecto Francisco Liernur realizó en 1980: “Desde los barcos de su propia compañía, al volver podrá divisarse el edificio…. Un edificio con una implantación ejemplar, que… sobre la vereda, genera mediante dos bloques paralelos una nueva callecita que enriquece el paisaje de la zona y la perspectiva a la torre que se levanta como remate del conjunto”[7].
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Vista actual desde la calle Arroyo

Nicolás Mihanovich murió en 1929, un año después de la inauguración. 
Los constructores Bencich decidieron adquirir el edificio y por muchos años alquilaron sus departamentos, hasta la firma del acuerdo con el Grupo Accor Hotels, mencionado por la noticia de InfoBAE. Si tomamos como cierto lo que escribe Leonel Contreras, la noticia contiene un error: la remodelación no se inició en 1997 sino en el año 2000 y finalizó a fines de 2002[8], a cargo del estudio de Daniel Fernández y Asociados, arquitectos, obteniendo en 2003 el premio a la mejor intervención en Obras de Patrimonio Edificado, otorgado por la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) y el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICoP)[9]. Los interiores estuvieron a cargo del reconocido decorador francés Pierre-Yves Rochon.
RECUERDOS ADOLESCENTES
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Diseño tomado del Diccionario de Arquitectura en la Argentina, de J. F. Liernur y F. Aliata.

La calle Arroyo, donde se ubica el Edificio Mihanovich, es la continuación natural de la Avenida Alvear. 
Ese paseo que conecta la Recoleta con la calle Esmeralda y, a través de ella, con la calle Juncal y Retiro, es mi opinión, el más refinado de Buenos Aires. 
Aún recuerdo la fantástica impresión al recorrerlo por primera vez, siendo un adolescente. 
En el camino descubrí la Plaza Carlos Pellegrini, el Jockey Club, la Embajada de Brasil, La Embajada de Francia y el Pasaje Seaver, una de las pocas calles con escaleras de Buenos Aires, demolido poco después como parte de la prolongación de la Avenida 9 de Julio. 
Más adelante encontré la Embajada de Rumania, la Parroquia y Colegio Mater Admirabilis y la tristemente desaparecida Embajada de Israel. 
Cruzando la calle Suipacha, ingresé a la serpenteante última cuadra de la calle Arroyo. 
Cerca del final, a mano izquierda, me sorprendió el Edificio Mihanovich, con su propia calle de entrada separando los dos cuerpos delanteros y su intersección con la calle transversal interior, justo antes de llegar a torre, formando una T dentro del predio.
Cada vez que pasaba por allí deseaba entrar para averiguar a dónde conducía esa calle interior retirada de la entrada; un grueso portón de hierro negro entramado al frente del complejo me lo impedía… hasta que una vez lo encontré abierto. 
Por supuesto entré, y al llegar al cruce advertí que la calle transversal -contrario a lo que deducía al observarla desde la calle Arroyo- era sumamente corta, de unos pocos metros, terminando a los lados de la torre en sendas paredes gastadas por el tiempo.
¿CAMBIÓ LA REMODELACIÓN LA FISONOMÍA ORIGINAL?
La reforma hotelera devolvió la gloria a un edificio cuyo aspecto delataba el paso del tiempo. 
Los problemas más importantes que enfrentaron los remodeladores fueron la eliminación de las columnas existentes en los bloques delanteros tanto para incorporar los salones del hotel, el restaurante y el bar como para disponer de cocheras, que no existían en la obra primitiva. Desde luego cuidaron aspectos como los ornamentos originales, pero se dedicaron a transformar los pisos de departamentos en cuartos de hotel[10].
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Entrada al Hotel Sofitel
Sin embargo, desaparecieron las calles interiores: la de ingreso que separaba los dos cuerpos iniciales y la transversal frente a la torre. 
Entre los dos edificios delanteros se ubicó una marquesina a dos aguas y en el frente una estructura vidriada. Entendemos los retos arquitectónicos que demandan las inversiones hoteleras, pero nos duele haber perdido aquella misteriosa entrada que fue parte del patrimonio histórico de Buenos Aires.
© Pablo R. Bedrossian, 2017. Todos los derechos reservados.

REFERENCIAS
[2] Contreras, Leonel, “Rascacielos porteños – Historia de la Edificación en altura en Buenos Aires (1580-2005)”, Temas de Patrimonio Cultural nº 15, Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1ª Edición, 2005.p.87
[3] Liemur, Jorge Francisco y Fernando Aliata, Diccionario de Arquitectura en la Argentina, Clarín – Arquitectura, Buenos Aires, Argentina, Tomo c/d, 2004, p.16
[4] Contreras, Leonel, Op. cit., p.89
[5] Kirbus, Federico y Marlú, “Cúpulas de Buenos Aires – Las más bellas alturas porteñas”, Distal, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015, p.125
[6] Zigiotto, Diego, “Las Mil y Una Curiosidades de Buenos Aires”, Ediciones B, Buenos Aires, 2012, p.265.
[7] Liemur, Francisco, “Rascacielos”, Revista “Nuestra Arquitectura”, Año 50, Nº 511/12, Buenos Aires, Argentina, 1980, p.5
[8] Contreras, Leonel, Op. cit., 89-90
[9] Kirbus, Federico y Marlú, Op. cit., p.125
[10] García Falcó, Marta, “Recuperado. Adaptación única de viviendas para hotel en América latina”, Diario La Nación, Buenos Aires, Argentina, Sección Arquitectura, 11 de diciembre de 2002. Se puede leer en http://www.lanacion.com.ar/457563-recuperado-adaptacion-unica-de-viviendas-para-hotel-en-america-latina

BONUS:  REMODELACIÓN – FICHA TÉCNICA
García Falcó, Marta en La Nación, miércoles 11 de diciembre de 2002
Proyecto y supervisión de obra Daniel Fernández y Asoc., arquitectos Asociados y colaboradores: Adriana Lizaso, Mariana Risoleo, Guillermo Petrocchi, Diego Silva, Oscar Hernández, Viviana Peola, Pablo Drago. Gerenciamiento de proyecto y obra y dirección de obra: CMS SA: arquitectos Juan Alberto González Morón, Allberto Nicosia, Pedro Lagleyze, M. J. Raimondi, G. Mulleady, J. Vidal, N. Codoni, M. Vilarin, G. Michelini, L. González Morón, S. Quintela, T. Maza Proyecto estructural: Del Carril, Fontán Balestra, ingenieros Ejecución estructural: Curutchet, Del Villar, ingenieros Instalaciones: GNBA, Edgardo Gaviño, Julio Nieto, Juan Beverati, Ricardo Ansaldo Diseño de interiores: Pierre Yves Rochon (París); equipo: Marc Sandoz Desarrollo de proyecto de interiores: Hampton, Rivoira, arquitectos; director de proyecto: arquitecto Francisco López Bustos Ejecución de interiores y gerenciamiento: arquitectos Gerardo Talgham y María Victoria Fischer Proyecto de iluminación interior: Ernesto Diz Restauración y puesta en valor : Estudio Day, Uriol Demarchi, Scagliotti Conducción general (Accor Argentina): Marc Brechignac, Eugenio Serrano

CRÉDITOS MULTIMEDIA
Primera foto en blanco y negro: Vista aérea del Edificio Mihanovich (también conocido como Bencich) en la calle Arroyo 845, del barrio de Retiro, en Buenos Aires, Argentina.  Fuente:”Revista de Arquitectura” nº91. Julio de 1928. Buenos Aires, Argentina. La fotografía es de dominio público.
La segunda foto corresponde al S.S. Mihanovich, tapa de la Guía Uruguaya de Navegación Fluvial de 1938. La fotografía es de dominio público.
El dibujo del edificio (cuya fachada de la planta baja es diferente al construido sobre la calle Arroyo) del Diccionario de Arquitectura en la Argentina, de J. F. Liernur y F. Aliata.
El resto de las fotografías fueron tomadas por el autor de esta nota y es el dueño de todos sus derechos.

BIBLIOGRAFÍA
Contreras, Leonel, “Rascacielos porteños – Historia de la Edificación en altura en Buenos Aires (1580-2005)”, Temas de Patrimonio Cultural nº 15, Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, 1ª Edición, 2005
Kirbus, Federico y Marlú, “Cúpulas de Buenos Aires – Las más bellas alturas porteñas”, Distal, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015
Liemur, Francisco, “Rascacielos”, Revista “Nuestra Arquitectura”, Año 50, Nº 511/12, Buenos Aires, Argentina, 1980
Liemur, Jorge Francisco y Fernando Aliata, Diccionario de Arquitectura en la Argentina, Clarín – Arquitectura, Buenos Aires, Argentina, Tomo c/d, 2004
Zigiotto, Diego, “Las Mil y Una Curiosidades de Buenos Aires”, Ediciones B, Buenos Aires, 2012

sábado, 8 de agosto de 2020

El Museo del holocausto - visita para Agenda

por Gustavo Nielsen para su blog "Milanesa con papas"

"La Fundación Memoria del Holocausto nació en Argentina en el año 1994; al año siguiente recibió del Estado el edificio de la calle Montevideo 919 para la realización de un museo. El edificio en sí era una de las tantas usinas eléctricas pertenecientes a la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad, diseñadas desde 1915 por el arquitecto italiano Giovani Chiogna, que les dio forma de Palacio Florentino, con fachadas ladrilleras y torres almenadas. 

Más grandes o más pequeñas, las usinas y sub usinas distribuidas por Chiogna en Buenos Aires tienen el mismo aspecto medieval. La más grande se encuentra reciclada actualmente como Usina de la Música, y queda en La Boca.

En el año 2000 el Museo del Holocausto abrió sus puertas con una muestra transitoria de poco presupuesto, hecha casi a pulmón, y se afianzó en la parte educativa colaborando en programas como “Generaciones de la Shoá” de la licenciada Diana Wang. 

La superficie utilizada en ese primer reciclaje era menor que la del edificio recibido. 

En el año 2017 se le encargó al arquitecto Alejandro Daniel Becker, coautor del CCK y del Museo Casa Rosada, el diseño de un Museo del Holocausto que ocupara, como mínimo, todo el edificio, con exhibición permanente. 

La puesta que se acaba de inaugurar fue realizada por un equipo multidisciplinario formado por sobrevivientes, historiadores, museólogos, educadores, diseñadores gráficos e industriales y técnicos en multimedia, junto al estudio Becker. Hasta Steven Spielberg participó. 

Para ver museo y muestra hay que inscribirse en Museo del Holocausto
Los recorridos se hacen de lunes a viernes de 13 a 17 horas.







Dirigió nuestra visita el mismo Becker. Casi siempre pasear a otros colegas por la obra de uno es como hablar de los hijitos con otros padres del colegio. “Facundo va a quinto, le gusta el fútbol y la Playstation”, algo superficial. 

No es el caso del arquitecto Becker, que primero se hizo el que no era orador, pero enseguida explicó cada espacio y sus motivaciones como un experto. 
Y quedó claro hasta el más mínimo detalle de diseño que oculta cableados y retornos de aire acondicionados de esos que solamente a Clorindo Testa le quedaban bien, o mecanismos escondidos muy sutiles para abrir puertas y dividir espacios. 

Nos contó todo lo que sabía y consiguió despejar otras dudas; no conozco demasiados profesionales con esta sinceridad arquitectónica. 
A esta altura de la nota, va mi agradecimiento.
Básicamente, el museo tiene un acceso en la calle central empedrada que cruza por dentro del edificio y ya estaba en su disposición anterior. 

De ahí se desciende a un sótano, se recorren las salas a bajo nivel y se vuelve a subir en el bloque de atrás para regresar a los espacios de la planta baja. 
El recorrido, que nunca pasa dos veces por el mismo lugar, está organizado cronológicamente desde 1900 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. 
La exposición toma prestado algo que tenía la precedente, la comparación entre lo que sucedía en Europa y nuestro país, con datos gráficos principalmente obtenidos de la prensa local. 
Pero mientras aquella exposición basaba su museística en impresos sobre paneles, la nueva es un deleite de nuevas tecnologías en marcha. 

El nuevo Museo del Holocausto vale por su contenido, pero además es maravilloso por el muestreo de punta: hay pantallas táctiles, tótems con información personal relatada por sobrevivientes, infografías, mesas interactivas y gran variedad de dispositivos e instalaciones. 
Hay también una App muy interesante con 75 estaciones en la que se puede seguir la historia de una familia judía de época.
Argentina aparece como un lugar que recibió a refugiados, pero también están los vídeos de los festejos nazis en el Luna Park y otros actos alemanes. 
La exhibición muestra el nazismo local y el repudio de nuestra comunidad, en noticias y afiches.
Otro detalle que se agradece al nuevo Museo del Holocausto es el ocultamiento de los vídeos del horror. 
Están, pero en una especie de buzones para que no sean de visión directa por los niños. 
Si el padre quiere que sus hijos vean un fusilamiento o una retro excavadora empujando decenas de cadáveres desnudos a una fosa, lo tendrá que levantar en sus brazos para que alcance la altura. 
Los primeros museos del Holocausto, empezando por el de Washington del siglo pasado, enfocaban la mayoría del material en el horror más crudo, casi pornográficamente. 
Lo que intentan las nuevas tendencias es educar sin estresar.
La excelencia de la exposición combina el relato multimedia con los objetos propios de la memoria del pueblo judío. 

Los trajes, documentos personales, valijas, una Torá, comparten vitrina con armas y uniformes. La idea es poder contar la historia desde diferentes puntos de vista: nazis, víctimas y personas que miraban sin hacer nada.
Tres momentos se destacan muy por encima del resto, y los tres están más destinados a emocionar al espectador que a enseñarle historia. 
La Sala solución final –a la que Becker llama por su nombre espacial: el galpón–, la Sala sensorial que viene inmediatamente después y la culminación del recorrido con el gadget de Spielberg.

         La Sala galpón es el corazón del proyecto. 
Tiene dimensiones de auditorio, anfiteatro y exposición, y en su doble altura exhibe una instalación que hicieron los técnicos de sistemas: una pantalla enorme que corona su parte superior. 
Allí aparecen los nombres y apellidos de las víctimas, uno a uno, y se van volatilizando hacia arriba a medida que van siendo reemplazados por nombres nuevos. “Seis millones de víctimas, seis millones de nombres; para volver a leer uno de ellos deberás esperar 730 días”. 
La instalación tiene su antecedente en “7305”, que el artista plástico Luis Campos Cáceres hizo para la Amia en el año 2014, donde en lugar de nombres había fechas que se sucedían hasta llegar al día 18 de todos los meses, recordando el atentado del 18 de julio de 1994 con la frase “SIN VERDAD Y SIN JUSTICIA”. Una versión electrónica de la misma aún puede contemplarse en la estación PASTEUR – AMIA del Subte B.


La Sala sensorial es una simulación de uno de los vagones del tren que entraba a Auschwitz. Becker explica: “El proyecto recrea ese encierro para hacerle sentir al espectador lo mi
smo que sintieron las personas en su viaje hacia el campo de concentración”. 
Según los testimonios de los sobrevivientes, fue una de las experiencias más traumáticas. Se ven los durmientes pasando a velocidad entre los huecos de las maderas del piso del vagón, en forma de película continua. La instalación provoca un malestar cercano al mareo, y es imposible de fotografiar. Solamente puede sentírsela y sufrirla en vivo y en directo.

Dejé para el final el golazo del Museo. Si todo lo que escribí antes no te mueve a visitarlo, si lo que escuchás en la App no te emocionó y dieron ganas, con esta te convenzo. 

Hay un hecho real: nuestra generación va a ser la última que va a poder charlar cara a cara con un sobreviviente. Para eso sirve el trabajo de “Generaciones de la Shoá” que nombré antes: pasar de boca en boca la historia personal, de los mayores a los jóvenes. 

En dicho proyecto cada sobreviviente le cuenta lo sufrido a su ahijado o ahijada; el joven será quien ahora replique el recuerdo (el proceso en su totalidad puede seguirse en el documental “Monumento”, de Fernando Díaz). Pero… ¿qué pasaría si hiciéramos un ensayo de inteligencia artificial que contenga una imagen del sobreviviente en escala real, con las historias contadas y vueltas a contar directamente de su boca? O sea: armar un clon, un sustituto virtual del sobreviviente y ponerlo a contestar preguntas para toda la eternidad.
El experimento lo realizó la Shoah Foundation de Steven Spielberg junto a la USC de California –es una Universidad, porque según Spielberg los patrimonios de la memoria deber ser administrados por universidades y no por gobiernos, para que su uso sea académico y no tendencioso- y la gran Lea Zajac de Novera, que estuvo hasta los dos años en el gueto de Pruzany y después en Auschwitz-Birkenau. 

Lea grabó respuestas a más de 1000 preguntas durante cinco días –unas 25 horas reales de filmación- con el objeto de sanear las consultas de los visitantes. 
Aparece sentada en un sillón, presidiendo desde una pantalla el último salón del Museo. Delante hay un micrófono y un mouse. Cliqueamos y le preguntamos lo que sea. Me adelanto a averiguar cuál es la última película que vio. “Éxodo”, responde. Becker le pide que nos cante una canción; ella lo hace en yiddish, a capela. 
Le pregunto si todavía tiene pesadillas. “Los primeros años soñaba que me querían atrapar y yo corría y me encontraba encerrada entre paredes. No sé donde estoy, quiero salvarme y nadie me ayuda. También soñé durante años con árboles de panes, pero este era un sueño bueno”.
Entre los presentes está el ingeniero Ariel Shapira, Secretario Ejecutivo del Museo, quien afirma que lo más difícil fue educar el programa de reconocimiento de voces -de Google- para que advierta los múltiples acentos de las provincias argentinas. 
La segunda dificultad vino con el concepto de diálogo: el programa no toma palabras, sino frases. Hubo que coachear a la doble virtual de Lea. Cuanto más se equivocaba en contestar, una entrenadora del museo le iba indicando las respuestas correctas, y el programa las corregía. 
La próxima vez el modelo dará una respuesta más cercana a la realidad. Lea ya puede contestar más de 2000 cuestionamientos con un mínimo margen de error. Shapira le dice: “Lea, ¿qué mensaje tenés para nosotros?”.
“Mi legado es que no haya más guerras en el mundo. Que la gente sea más comprensiva y que trate de convivir. Que no haya diferencias y no se discrimine. Que la gente sea apreciada por lo que es, y no por su religión o raza. Que la gente aprenda a convivir en la diversidad. No discriminar. Tratar de defender la paz y el clima del globo terráqueo. Y que no haya guerras, quiero repetir”, insiste ella.

Queremos lo mismo, hermosa Lea."

martes, 25 de febrero de 2020

nota iluminacion patrimonio

Simon ilumina tres puntos emblemáticos de la ciudad de Mérida

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La plaza de las Méridas del Mundo, la muralla de la Alcazaba Árabe y el acueducto de los Milagros, fueron los monumentos en los que se realizaron los proyectos de iluminación

Con información de Simon
Mérida (España), según la tradición historiográfica, fue fundada como colonia romana en el año 25 a. C. por orden del emperador Octavio Augusto y fue considerada una de las más importantes de toda Hispania, dotada con todas las comodidades de una gran urbe romana y como capital de toda la Diócesis de Hispania durante el siglo iv. Tras las invasiones bárbaras siguió siendo una importante ciudad del Reino Visigodo hasta el 713, cuando cayó en manos musulmanas que la convirtieron en capital de la Cora de Mérida.
La ciudad es atravesada por los ríos Guadiana y Albarregas, y su «Conjunto arqueológico de Mérida» fue declarado por la Unesco, en 1993, Patrimonio de la Humanidad, debido a su importante interés histórico y monumental.
Ahora la ciudad podrá presumir de una nueva iluminación que resalta la belleza de tres de los monumentos más importantes: la plaza de las Méridas del Mundo, la muralla de la Alcazaba Árabe de Mérida y el acueducto de los Milagros, los cuales fueron iluminados con tecnología de Simon.
Comenzando en la plaza de las Méridas del Mundo que se sitúa a la sombra de los muros de la Alcazaba, se puede ver el monumento en forma de obelisco que representa a todas las ciudades del mundo que comparten el mismo nombre: dos en México (Chiapas y Yucatán), una en Venezuela, y otra en Filipinas. Para su iluminación se emplearon luminarias Fogo en versión RGB (luz de color).
Para esta obra, se han instalado diez proyectores con óptica CMM (cónica media) que permitieron crear efectos muy escenográficos en los muros de la plaza. Además, para satisfacer la necesidad de controlar la luz, se incluyó el sistema de control Scena, programado con un ciclo de color durante el fin de semana, y programaciones especiales en días señalados gracias a la opción de calendarizar el sistema. Para este proyecto, Simon también proporcionó las columnas en las que se colocaron los proyectores.
La muralla de la Alcazaba Árabe de Mérida, la más antigua fortificación musulmana de la Península ibérica, construida por Abderramán II en el año 835 y declarada Patrimonio de la Humanidad como parte del conjunto arqueológico de Mérida, ha sido el segundo proyecto iluminado por Simon.
En este caso, el alcalde de la ciudad, Antonio Rodríguez Osuna, sugirió mantener el mismo modelo de proyector para todo el perímetro de la muralla, incluyendo la plaza, inspirándose en otros proyectos alrededor del mundo para apoyar campañas relacionadas con la celebración del día de la ecología (color verde), el día del agua (color azul) o el día de la mujer (color rosa), entre otros.
Desde el punto de vista luminotécnico, lo más interesante del proyecto es el muro que la rodea, cuyo perímetro, casi cuadrado, es de unos 550 metros; 2,70 metros de grosor y 10 metros de altura fabricados en su mayoría con sillares de granito que reutilizan obras romanas y visigodas.
El reto para Simon fue iluminar uniformemente el muro desde postes frontales, ya que la iluminación con proyectores adheridos al muro de abajo hacia arriba, pues aunque luminicamente funcionara muy bien, se generaba un exceso de contaminación lumínica.
El equipo de proyectos de Simon resolvió este desafío presentando un proyecto con cálculos lumínicos y planos de CAD que facilitaron la instalación, mientras que se realizó un soporte de la presentación con renders que simulaban con gran realismo el resultado final.
En total, para el proyecto se instalaron 48 proyectores Fogo y Milos en blanco cálido 3.000 K, con ópticas RJ y RE a una altura de 5 metros en columnas, brazos y crucetas también de Simon, con las que fue posible iluminar de forma uniforme el espectacular muro de piedra para conseguir una integración de las luminarias en el entorno.
Por otro lado, la iluminación del Acueducto de los Milagros, una de las estructuras que antiguamente suministraban agua a la ciudad en la época romana, se realizó con el proyector Milos M con óptica CME (23 unidades en total), también desde poste frontal y en parejas de proyectores, con una temperatura de 4.000 K, con la que fue posible mostrar el interesante contraste de la elegante silueta del acueducto recortada en la oscuridad. En este caso, con la idea de integrar el proyector en el entorno, se personalizó el color del soporte también en oxicor.
El plan del proyecto de iluminación urbana fue presentado en mayo del 2019 en el Simposium Nacional de Alumbrado, organizado por el Comité Español de Iluminación por Meritxell Lázaro, Responsable de proyectos de iluminación en Simon y el propio Ángel Cid, técnico municipal de Mérida.
Más información en Simon

domingo, 16 de febrero de 2020

El ARQUA, a la búsqueda del navío 'Nuestra Señora del Juncal'


15-2  Patrimonio sumergido. El ARQUA, a la búsqueda del navío 'Nuestra Señora del Juncal'por El Rompeolas.
programa Murcia España

España y México emprenderán este año una campaña arqueológica conjunta para continuar con la localización de los restos del 'Nuestra Señora del Juncal', uno de los dos buques insignia de la Flota de Nueva España

entrevistado Iván Negueruela, director del ARQUA
Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena Murcia España (Arqua) 
Iván Negueruela, director del ARQUA22:03

EL ROMPEOLAS. Patrimonio sumergido. El ARQUA, a la búsqueda del navío 'Nuestra Señora del Juncal'

España y México emprenderán este año una campaña arqueológica conjunta para continuar con la localización de los restos del 'Nuestra Señora del Juncal', uno de los dos buques insignia de la Flota de Nueva España
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15/02/2020 11:54








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El navío se hundió en las costas de México en 1631. Esta nueva campaña, que se llevará a cabo durante diez días en mayo, estará cofinanciada por ambos países y contará con la participación de un equipo del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, ARQVA. Hablamos con su director, Iván Negueruela, doctor en Arqueología y Prehistoria. También no avanza otro proyecto conjunto:el intento de localizar los barcos de Hernán Cortés.